!BIENVENIDO¡

Por medio de este pequeño blogger buscamos difundir la Espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús, así como lo quiso nuestro fundador el P. Julio Chevalier, MSC.
También queremos que por medio de este recurso muchos jóvenes puedan descubrir su vocación de servicio y de entrega incondicional al reino de Dios, ya que cada día nuestro mundo necesita hombres y mujeres dispuestos y dispuestas a trabajar y hacer posible "El Corazón de Dios en el Mundo".

martes, 29 de abril de 2008

VEN Y SIGUEME


Joven ven y sigueme, Jesús te llama para que sea el Corazón de Dios en el mundo, para que puedas remediar los males que agobian al mundo de hoy.
Tú puedes ser un gran Misionero del amor de Dios, de ese amor que tanto hace falta en este mundo donde la indiferencia y el egoísmo siguen presente en nuestros días.
los mismos males que hace 154 años el padre Julio Chevalier encontro en su tiempo, son los mismos males que encontramos en el mundo de hoy.
Díle sí a jesús, sí a su proyecto de salvacion y liberacion de tantos crucificados y crucificadas que tenemos en el mundo de hoy, estos estan cruficado porque estan sufriendo los males de este mundo, pero hay un secreo y es "que en el corazón de jesús está el remedio a esos males".
Por eso te invito "VEN Y SIGUEME" JESÚS.

HISTORIA DE LOS MSC


El 8 de diciembre de 1854, en el día en que fue proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción de María, el P. Jules Chevalier (1824-1907) fundaba en Francia los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC) que este año festejan los 150 años al servido del anuncio del Evangelio.El P. Chevalier era entonces un joven vicario parroquial, apenas nombrado en Issoudum, diócesis de Bruges (Francia) que intentaba así realizar un deseo cultivado desde los tiempos en el seminario: fundar una congregación misionera que hiciera conocer los hombres el amor misericordioso de Dios como remedio a los males de su tiempo.


Estaba de hecho convenido de que el Corazón humano y divino de Cristo es la manifestación más completa del amor de Dios hacia los hombres. Este principio espiritual ha sido el fundamento de su vida y de las congregaciones fundadas por el.El P. Chevalier animado de esta profunda devoción al Sagrado Corazón de Jesús, comparte con el P. Maugenest, un ex compañero de seminario, entonces vicario parroquial como el, la intención de fundar un instituto misionero. A pesar de que este propósito encontró al principio una fuerte oposición por parte de sus superiores, los dos sacerdotes no se desanimaron e invocaron con fe a la Virgen Maria para que iluminase su camino y les ayudase en este empresa.


El 8 de diciembre de 1854 es la data reconocida como del nacimiento de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC) de los que el P. Chevalier y el P. Mugenest fueron los dos primeros miembros.En los años siguientes nacieron la Congregación de las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón (1874), las de los sacerdotes seculares del Sagrado Corazón y la Tercera Orden del Sagrado Corazón, llamada mas tarde Fraternidad secular MSC o Laicos MSC. En el 1900 el P. Linckens, MSC fundó la congregación de las Misioneras del Sagrado Corazón de Hiltup. Los miembros de todas las congregaciones viven el mismo carisma y están animado por la misma espiritualidad.

NUESTRO FUNDADOR



Julio Chevalier
Toda vocación es una llamada. Dios llama porque quiere intensificar su alianza y su amistad con una persona concreta, consagrándola para sí. Pero también llama para una misión determinada, consagrando al llamado para el servicio a los otros. Ambas cosas son inseparables.Julio Chevalier fue un hombre que comprendió que Dios le llamaba para una misión: comunicar el amor de Dios a los hombres.Nació en Richelieu (Turena, Francia), el 15 de marzo de 1824. En sus estudios de seminario descubrió la espiritualidad del Sagrado Corazón.
Espiritualidad que está centrada en el amor misericordioso de Dios a los hombres.Ordenado sacerdote el 14 de junio de 1851, dedicará toda su vida a extender el conocimiento del Corazón de Cristo, remedio para los males de los tiempos, entre ellos la indiferencia y el egoísmo. En Cristo-Amor descubrió su compasión, su preocupación por la humanidad. En él, que nos ama con corazón humano, descubrió que es el Redentor, el Liberador, la única solución válida. Su propia sensación de impotencia desaparecía con la sensación de que estaba llamado a trabajar como instrumento salvífico de Cristo.Para Julio Chevalier, la devoción al Sagrado Corazón era el compendio de toda la vida cristiana. El Corazón de Cristo representa toda su persona, su Amor por los hombres.
Lo que más le atraía de Cristo era su compasión por la humanidad, su misericordia, su valor y fortaleza, la figura del Buen Pastor... Estos son los aspectos que intentó vivir e intentamos vivir los que compartimos su carisma.Muy anciano, murió en Issoudun (Indre, Francia), en una casa prestada –había sido expulsado de la suya por el Gobierno anticlerical francés- el 21 de octubre de 1907.Su lema expresa muy bien su actitud: “Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús”.

ESPIRITUALIDAD MSC


Para nosotros, una vida en unión con el Corazón de Cristo no es sólo una devoción, es la esencia misma de nuestra espiritualidad. En el siglo 19 se fomentaron mucho diversas devociones: la devoción al Corazón Inmaculado de María, a la Eucaristía, al Sagrado Corazón de Jesús ... Cuando nos referimos a una devoción, con frecuencia nos imaginamos un cierto número de prácticas, como ponerse de rodillas en frente de una estatua de San Antonio, encender una vela, recitar una oración ... y uno puede tener varias devociones. Pero una espiritualidad es algo más profundo: nace de dentro, desde una visión central que determina su estilo de vida y es adaptable a cada situación.
Aunque el Padre Julio Chevalier (1824-1907) usaba el término devoción, es evidente por lo que se trasluce de su vida y de sus escritos, que el Corazón de Cristo fue el núcleo fundamental de su espiritualidad. Para él "la devoción al Sagrado Corazón" es una visión que ha inspirado toda su espiritualidad, su estilo de vida y su misión. Desde la época de sus estudios en el seminario mostró su preocupación por los males de su tiempo, y estaba convencido de que el Corazón de Cristo es el remedio para esos males.
Los males de su tiempo: racionalismo, indiferencia religiosa y anticlericalismo se habían extendido por toda Francia en el siglo 19. Al P. Chevalier, lo que más le impactó del Corazón de Cristo fue el fuego de su amor, un amor compasivo para todos los que sufren. El vio el Corazón de Cristo como la encarnación y la revelación del amor compasivo del Padre. Ese es su "carisma", su don del Espíritu, su visión básica que le inspiró a dar testimonio del amor y la bondad de Dios nuestro Salvador, a curar las heridas de muchos corazones.

EL CORAZÓN DE JESÚS


La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo. La devoción al Sagrado Corazón está por encima de otras devociones porque veneramos al mismo Corazón de Dios. Pero fue Jesús mismo quien, en el siglo diecisiete, en Paray-le-Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa, que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su Sacratísimo Corazón.
El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz. Santa Margarita escuchó a Nuestro Señor decir: "He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor." Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón. La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía.

NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN


Muchos de los Misioneros del Sagrado Corazón consideramos que la advocación mariana dada por nuestro Fundador es una de las joyas que tenemos como Congregación.
Lo importante de esta advocación es el Sagrado Corazón de Jesús. Él es el centro. María es la madre que nos lo ofrece, que desea que entremos en él, que anhela formarnos como formó a su Hijo Jesús para que la humanidad encuentre la ternura, compasión, misericordia, valentía, fuerza, fidelidad y constancia del amor de Dios revelado en su Hijo. Nuestro título mariano es cristocéntrico.
Ella es la madre que da, ofrece y entrega a su Hijo para “hacernos hijos y hermanos de Dios como hizo a Dios hijo y hermano del hombre”.
María, al mostrarnos el Corazón de Jesús, nos recuerda la profunda e íntima unión y relación que tuvo con su persona. Cómo por la unión que tuvo con él conoce las insondables riquezas de su Corazón y nos quiere conducir a él, fuente de un amor sin límites que da nacimiento a un mundo nuevo. Ella es la asociada al misterio de su Corazón que nos anima a trabajar en la misma misión de su Hijo a favor de la humanidad. María está próxima al mundo indigente, participa de la solicitud de su Hijo por el mundo. Su cántico de alabanza (Cfr. Lc 1,46-55), la escena de las bodas de Caná (Cfr. Jn 2, 1-11) y su estar al pie de la cruz asociada al dolor del Hijo por todos (Cfr. Jn 19, 25-37), son pruebas significativas de su preocupación por la humanidad sufriente.

ORACIONES MSC

CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS

Te saludamos corazón admirable de jesús;
Te alabamos,
Te bendecimos,
Te glorificamos,
Te damos gracias,
Te ofrecemos nuestro corazón,
Te lo entregamos y consagramos,
Recibelo y poséelo entero;
Prurificalo, ilimínalo y santificalo;
a finde que vivas y reines en él perpretuamente.
Amén.

CULTO PERPETUO

CULTO DE ADORACIÓN (Domingo)
Señor Jesucristo, en unión contigo, deseamos adorar a Dios, nuestro Padre, en nombre de toda la creación.
Queremos, hoy, manifestarle públicamente nuestra adoración filial, en especial durante la asamblea de nuestra comunidad religiosa (parroquial - de nuestra familia).
En unión con María, te rogamos sobre todo por los que no conocen a Dios y por los que se han olvidado de su amor.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, ten piedad de nosotros.

CULTO DE AMOR (Lunes)
Señor Jesucristo, enséñanos a ser bondadosos y humildes de corazón para amar a nuestros hermanos como Tú nos amas y para transformar toda nuestra vida en una continua entrega al servicio de nuestra comunidad (familia).
En unión con la Virgen, nuestra Madre, te rogamos en especial por el Papa, los Obispos, los sacerdotes y los misioneros, que tienen la vocación de unir a todos los hombres en el amor.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, ten piedad de nosotros.

CULTO DE AGRADECIMIENTO (Martes)
Señor Jesucristo, unidos a Ti, queremos dar gracias al Padre por el don de la fe y por tantos favores que nos brinda cada día.
Danos la sencillez de un niño para reconocer las maravillas que Dios hizo en nosotros y para vivir en la alegría de los redimidos.
Queremos, hoy, renovar nuestra fidelidad a los compromisos de nuestro Bautismo.
Como la Virgen en su Magnificat y en unión con ella, queremos anunciar las glorias de Dios por medio de nuestro apostolado.
Te damos gracias por todos los que trabajan al servi­cio de la Iglesia, y te rogamos para que su vida sea siempre un testimonio vivo de la fe.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, ten piedad de nosotros.

CULTO DE ESPERANZA (Miércoles)
Señor Jesucristo, esperamos en Ti que eres el Camino, la Verdad y la Vida.
Ayúdanos a llevar a todos los hombres un mensaje de esperanza, principalmente a quienes buscan el sentido de la vida y a los que sufren condiciones de vida inhumanas.
Queremos, hoy, aceptar con paciencia los sufrimien­tos morales y físicos que se nos presentan para purifi­car nuestras almas y avanzar en el camino de la san­tidad.
En unión con la Virgen de los Dolores, te rogamos por los moribundos, los enfermos, los oprimidos y desamparados, para que tengan fortaleza de espíritu y sepan transformar sus dolores en instrumentos de liberación.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, ten piedad de nosotros.

CULTO DE ORACIÓN (Jueves)
Señor Jesucristo, recordando tu invitación a orar sin cesar, nos unimos a tu oración sacerdotal para ofre­certe este día con sus alegrías y penas, sus trabajos y descansos, y para transformarlo todo en una oración continua a nuestro Padre.
Queremos, hoy, fortalecer nuestra fe y comunicarla a quienes ponen su confianza en las vanidades del mun­do, despreciando el valor de la oración.
Como la Virgen te expresamos nuestra confianza y en unión con ella, te rogamos por la gran familia cristia­na, para que sepa apreciar mejor el valor de la oración.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, ten piedad de nosotros.


CULTO DE JUSTICIA (Viernes)
Señor Jesucristo, contemplando tu Corazón abierto por la lanza, deseamos "completar en nuestra carne lo que falta a tu Pasión".
Danos la valentía de reparar nuestras propias injus­ticias y las de nuestros hermanos.
Queremos, hoy, reconocer las injusticias que se come­ten en nuestra comunidad (familia) y luchar por la liberación de todos los hijos de Dios.
En unión con nuestra Señora del Sagrado Corazón te rogamos por nosotros, que somos pecadores, para que sepamos salir de nuestros egoísmos y buscar la felicidad de nuestros hermanos.
Corazón de Jesús, fuente de la justicia y del amor, ten piedad de nosotros.


CULTO DE UNIÓN (Sábado)
Señor Jesucristo, hacemos nuestra tu oración al Padre para que seamos UNO en el Espíritu Santo y que el mundo reconozca que Dios está en medio de nuestra comu­nidad (familia).
Ayúdanos a fortalecer la unión entre no­sotros, Queremos, hoy, superar toda discordia y reconciliarnos con nuestros hermanos, por medio de verdaderos gestos de amis­tad.
En unión con la Virgen, nuestra Madre, te rogamos por las comunidades (familias) cristianas para que vivan como hermanos en la unidad de tu amor.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, ten piedad de nosotros.